Todo comienza el año 2009 en Quito, Ecuador. David tenía 17 años y cursaba su último año de colegio. Pronto comenzarían las postulaciones a universidades extranjeras, era cuestión de esfuerzo terminar entre los primeros de la clase y sacar un 7 en exámenes de bachillerato internacional; a la vez, estudiar para exámenes estandarizados y escribir una larga lista de ensayos. Todo tiene recompensa, y de paso algunas sorpresa.
Un día su college counselor le comentó que la New York University en Abu Dhabi estaba buscando “perfiles fuertes” y la institución tenía un “Candidate Weekend” en la cual te invitan a viajar todo pagado para conocer la universidad. “Estaba muy confundido, no sabia sabía que era Abu Dhabi” comentó. Sería la primera vez que David dejaba el continente sudamericano, pero no para conocer la universidad, sino para que la universidad lo conozca.
Fue en octubre que viajó y se enamoró de la universidad, e incluso el Presidente de NYU – en ese entonces John Sexton- estuvo presente. “John era una leyenda en Nueva York, y en Abu Dhabi un mentor para todos nosotros”. Así fue como se animó a enviar su aplicación junto con los siete ensayos requeridos por la institución. Recuerda que el ensayo más interesante (y difícil) era escribir un Haiku, poema japonés de tres versos sin rima con 5,7,5 sílabas- pues, ¿Cómo expresas quién eres en diecisiete sílabas? Todo un reto, pero así de extravagantes son los ensayos para este tipo de universidades.
Tenía un perfil de buen estudiante con pocos extracurriculares; pero como siempre dicen “calidad, no cantidad”. Capitán de fútbol y jugador en el equipo de voleibol, el ámbito deportivo era la “punta” de su aplicación. “La capitanía demostró liderazgo y el hecho de que me conocían en Abu Dhabi marcó diferencia en mi aplicación”. Solo ingresaron 146 personas ese año, alrededor del 2% de postulantes. Lo que más le sorprendió fue la carta de ayuda financiera: “Tu familia no debe hacer contribución monetaria a la institución” fue lo que necesitaba leer, pues era imposible que su familia pague la pensión universitaria.
“Aprendí que debes aprovechar la universidad al 100%, si le sacas el jugo tendrás una experiencia extraordinaria”. Han pasado 10 años desde que comenzó su pregrado, en el cual tuvo varias oportunidades de viaje: Etiopía para servicio comunitario, Qatar para torneos de fútbol, una carrera de Cross Country en el Mar muerto e incluso visitó ciudades como Sydney para una clase de cine, y Florencia para una sobre filosofía del renacimiento. Además, salió de su zona de comfort al estudiar unos semestres en una universidad rural. Todos se preguntarán, ¿Qué estudió exactamente? David se graduó de Ingeniería Civil con honores, pero una universidad de artes liberales te permite explorar diferentes ámbitos no necesariamente relacionados a tu carrera.
Luego de graduarse trabajó como ingeniero. A la larga, notó un patrón en los puestos que obtenía: “Con el título internacional se me abrieron puertas un poco más gerenciales, eso demostraba mi madurez en términos de gestión y visión”. Además, consiguió una beca del gobierno ecuatoriano para estudiar un máster en Imperial College London. A sus 25 años, hizo uno de sus mayores logros: coordinar la infraestructura de una universidad; pues gracias a esta experiencia David encontró una pasión por la gestión de proyectos.
Últimamente ha estado involucrado en start ups y transformado proyectos de distinta índole. “Estudiar afuera te brinda adaptabilidad y versatilidad”, pues ya pasó por la industria educativa, fílmica, turística, e incluso el desarrollo de apps móviles.
“Actualmente trabajo en Dream. Estoy sumamente convencido de la visión y comprometido con la filosofía de ser un apoyo para los demás, abrir esas puertas que les cambia la vida a las personas es súper valioso. Dream le dice a los jóvenes que su sueño SI puede ser realidad. Estudiar en el extrajero nunca ha sido imposible, solo requiere de mucho trabajo y esfuerzo” (David Ponce)